miércoles, 24 de septiembre de 2008

Monólogo de un personaje de la foto.Planificación de un deseo sin explicitarlo

Heme aquí, siendo la joven señora F, posando para esta nueva moda de las fotografías.
Realmente no pueden compararse con un buen cuadro pintado por manos sensibles. Mejor aún, por ojos y corazón abiertos a la emoción.
Y la emoción, el vibrar frente a la belleza o por la belleza es en realidad aquello que merece llamarse sentido o razón por la que vale la pena estar vivo.
Supongo que siendo cuidados y austera con la economía del hogar podré ahorrar lo suficiente, quizá con lo que F pueda obtener de las donaciones en la iglesia y llevando una vida modesta en dos años logre apartar unas veinte o treinta coronas.
¡Alabado sea Dios por la suerte de que sea un hombre piadoso de gustos y placeres sencillos!
Por los comentarios de mi querida Cósima – ¡cuanto te extraño querida prima! – pueden encontrarse algunos de segunda mano en buen estado.
Quizá deba esforzarme un poco más y pensar en coser yo misma las ropas necesarias para la vida cotidiana y entonces si podría aspirar a obtener uno nuevo. ¡Reluciente!
Hasta podría tener candelabros de plata en su frente. Hermosos candelabros en la madera negra y lustrada.
Lo único que me resultaría insoportable es que el marfil estuviera amarillento. No imagino mis dedos frotando ese amarillo óseo.
Si, seguramente lograré aspirar a uno de mejor calidad si resuelvo el problema del vestido de esa manera. Ya me imagino, acariciando el blanco marfil y disfrutando de su efecto.
Por supuesto, debo ser modesta y no pensar en aquellos que tienen sus pedales con formas que imitan los pies de las fieras. Además, es cierto que resultan incómodos pero ¡son muy bonitos!
Quizá podría ahorrar también con la lumbre y entonces si podré conseguirlo en sólo un año.
Eso haré, no creo poder soportar más de un año de espera para obtenerlo.

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