Flores, barrio de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, nunca bien destacado por su ambiente nocturno. Desde la avenida Rivadavia y Boyaca hasta unas cinco cuadras después de Rivadavia y Nazca, a lo largo de una de las avenidas más extensas del mundo, se encuentran los diversos y diferentes pub, bar, boliches, locales de juego, etc. donde las personas trabajan o se distraen o se divierten o se entretienen o buscan otro tipo de situaciones, que no les parezca perteneciente a la vida cotidiana, o toman varias de estas categorías o en definitiva son personas que...
En la avenida Rivadavia surgieron muchos cambios, pero entre todos ellos el cambio de Rivadavia y Pergamino. Muchos conocimos el lugar con el nombre de RETRO, un teatro que fue reciclado, ubicado justo en la esquina, donde presenta en sus paredes la arquitectura original, con los colores dorados, con pinturas artísticas, con la tragedia y la comedia. Con dos entradas, una ubicada sobre Rivadavia (por donde entra el público en general) y la otra sobre Pergamino (para los que obtienen la entrada anticipada o entran como personas VIP).
Hace ya casi dos años que esta esquina dejó de ser lo que era y pasó a presentar colas de gente desde las 23.30hs., vestidos con la nueva onda flogger (como le dicen ahora) -remeras grandes multicolor o colores fluorescente, pantalones ajustados de colores llamativos-, o tenemos los comunes (de jean y remeras al talle), o los personajes montados, o también, los casi-desnudos, o los que visten con remeras tipo top de playa y hasta a veces transparentes, con pantalones o calzas cortas (al cuerpo) y con medias red, entre muchas otras formas de vestir.
Fiesta Plop es el nuevo nombre del boliche los viernes a partir de las 23.30 cuando terminan los recitales que funcionan bajo el nombre de El Teatro. A esa hora empieza la fiesta temática de la semana (cada noche es distinta). Hoy le tocó, no se si es un elogio, a Quentin Tarantino con su obra maestra: Kill Bill.
Después de veinte minutos de cola, pasamos por la caja con un grupo de chicos que eran de los que vestían civilmente normal. Me contaron que hoy no sabían de que trataba la noche, que la semana anterior fue “La Noche Colegiala” y ellos se vinieron con los uniformes de los colegios secundarios a los que habían asistido hace cuatro años.
Pasamos por el cacheo de los “patovicas” (“sólo cuesta pasar la primera impresión o el primer día”, me dijeron).
A la izquierda de la entrada está la barra principal que pertenece al boliche (las demás son para alquilar). A la derecha se alza la fila para dejar las pertenencias en el guardarropas (pequeño pero acogedor como los de todos los boliches, exceptuando que en la tabla que parece ser la que cierra ese sector están pegados todos los anuncios de las fiestas y boliches del ambiente).
El lugar, enorme como siempre fue RETRO, tiene la pista principal que es la inmensa platea del teatro, que funcionaba muchísimo tiempo atrás; la pista que se abre y pertenece a la esquina de la cuadra, que parece una caja cerrada con aire (único lugar donde corre aire); a cada costado del salón se abren las dos escaleras que te llevan al superpullman, podríamos decir, donde ya no queda ninguna butaca para apreciar el show que está a punto de comenzar.
Chicas con chicas, chicos con chicos, chicas y chicos y masas juntas por doquier son la composición de la multitud. Bienvenido a la noche de la Fiesta Plop, una fiesta temática, donde concurren famosos y no famosos, donde podés escuchar únicamente tu música de la infancia (fines de los ochenta, principios de los noventas) pasando por Xuxa entre otros hasta algún tema de hoy que en el único lugar que vas a poder escucharlo también son en Los 40 Principales (105.5 FM). Donde el alcohol te sale barato y es lo único importante de la noche para pasarla bien (dicen). Donde los únicos dos palcos que lograron sobrevivir a la reciclación se transformaron en oscuridad y, bueno, eso emplícito de cualquier índole (túnel, reservados, son los nombres más conocidos).
Todos haciendo las corogreafías de las canciones, bailan, toman, fuman. Un lugar donde no importan los códigos, la fidelidad física, a veces sentimental ni el respeto propio.
Entre las cinco y las sies de la mañana, se empiezan a repetir las canciones. Es el comienzo de la partida. Aunque los más “habitué” se quedan hasta las siete cuando es el momento donde los “patovicas” comienza a cerrar por sector hasta que te hechan de la pista principal donde ya no queda nadie exceptuando a los dueños de la fiesta, arriba del escenario, disfrazados del tema de la noche.
Afuera, todos, los que todavía tiene un pequeño grado de lucidez, tratan de conversar qué será del día que comienza o quién lleva a tal a la casa o a dónde se van a desayunar o con quién se fue quien, a dónde, entre otras cosas.
Mientras tanto, gente corre por las veredas y la calle. Se ven botellas de cerveza por el aire y personas en las esquinas trabajando todavía a esas horas. Afuera sigue siendo Flores.
Juan Pablo Mangieri